Lali
Esposito (20) empezó a trabajar a los 10 años cuando por casualidad
llegó a un casting de Cris Morena. Su primera ficción fue Rincón de luz,
en 2003, y luego siguió con distintos proyectos de la productora hasta
que llegó Casi ángeles, la tira que la consagró por completo.
Actualmente continúa con la banda Teen Angels con la que recorre el
mundo haciendo shows, y se sumó a la comedia de Telefe Cuando me
sonreís. La menor de la familia asegura: “Tanto yo como mis hermanos,
Ana Laura (25) y Patricio (21), decidimos qué hacer de nuestras vidas
desde muy chicos, muy temprano”.
–¿Cómo fue crecer en la televisión?
–Viví
una infancia y una adolescencia muy raras, y no tuve la misma vida que
mis compañeros de colegio. Pero nunca me sentí más grande ni quemé
etapas. Trabajar desde chica y tener independencia económica te hace ser
más responsable y te ayuda a madurar. Además, crecí en el mejor medio,
que es trabajando con Cris Morena: ella sabe tratar con chicos y lo hace
de una manera muy especial, todo parece un juego, aunque te impone el
compromiso de ser responsable y el respeto a los horarios.
–¿Con tus hermanos pasó lo mismo?
–Nosotros
decidimos qué hacer de nuestras vidas desde muy chicos, muy temprano,
tanto mis hermanos mayores, Ana Laura (25) y Patricio (21), como yo. Mi
hermano juega al fútbol y vive en Italia desde hace cuatro años, y mi
hermana trabaja en una empresa de seguros, estudia marketing y se
recibió de organizadora de eventos. Mis padres nunca nos dijeron qué
hacer. De hecho, yo siempre fui muy libre y desde chica tomé mis
decisiones. Cuando empecé a trabajar mi mamá no quería que lo hiciera,
ella pensaba que trabajar en televisión era algo negativo. Pero a la
larga lo entendió.
–¿Estudiaste actuación?
–No
tuve mucho tiempo para estudiar porque grababa diez horas por día. Pero
siempre sentí que tenía que hacerlo, tomé clases de teatro en los baches
de las grabaciones, medio como podía. Una actriz francesa, ante la
misma pregunta, dijo: “Yo vi mucho cine”, y esa fue su manera de
aprender. Yo tomé esa frase como propia. Como no tengo el tiempo para
estudiar, trato de ver todo lo que puedo: leo, miro videos, trato de
instruirme por otro lado. Desde hace dos años estudio canto para
mejorar, pero a la noche y cuando puedo.
–Contá un poco de la experiencia de irte a vivir sola.
–Fue
necesario, no fue un gran deseo. Yo tengo una familia en la que todos
somos muy amigos, soy buena compañera de mi mamá, así que no es que me
tenía que ir de casa porque me peleaba con mis padres, como les pasa a
mis amigas. Tengo una relación madura y súper sincera con ellos, me
llevo bien con mis hermanos y para mí estar en casa era un placer.
–Tuviste dos noviazgos con hombres que trabajaban en el mismo elenco. ¿Resultó fácil?
–Tuve
una relación muy linda con Pedro Lanzani, desde muy chicos y durante
varios años, y ahora estoy de novia con Benjamín Amadeo. Cuando empecé a
salir con Benja estábamos terminando de grabar Casi ángeles, y con
Peter habíamos cortado hacía más de un año y pico. Tengo la mejor
relación con Pedro y siento que él lo entendió porque me enamoré. Yo a
Pedro no lo engañé ni nada de esas cosas que la gente piensa. Con Benja
fue amor, éramos muy amigos, nunca pensé que iba a pasar nada, y de un
día para otro lo empecé a mirar diferente y él también a mí. Por suerte
ellos tienen muy buena onda y se saludan bárbaro. Pedro es muy buena
persona y en ningún momento me hizo un escándalo, que tampoco tendría
por qué habérmelo hecho.
–¿Cómo empezaste a pintar?
–Lo
descubrí hace dos años, volví a mi casa y había un toque de luz del día y
dije “quiero pintar”. Primero empecé recortando revistas y haciendo
collage y después dije: “¿Y si lo hago en un cuadro?”. Me gusta pintar
porque me desconecto de todo y eso está bueno, no voy al psicólogo: la
pintura es mi terapia, junto con los rollers. Pintar es el aquí y ahora,
lo mismo que bailar y cantar, estás haciendo eso y no pensás en otra
cosa. Cuando pinto dejo de escuchar el sonido que hay alrededor. Benja
me apoya, me incentiva y me vio tan entusiasmada que para mi cumpleaños
me regaló una caja con pinceles y pinturas con mis iniciales grabadas.
–¿Te gustaría casarte?
–Me
convertí en una Susanita ahora, antes yo no era así. No siento que haya
que casarse y tener hijos por seguir el mandato social. Me quiero casar
porque me gusta la idea de la fiesta y reunir a todos mis seres
queridos, además de la posibilidad de celebrar el amor con la persona
que amás.
Texto: Agustina Binotti
Fotos: Hernán Pepe
Producción: Victoria Miranda
Maquillaje: Inés Parrinello
Peinado: Marcelo Iudice, con productos Olio
Agradecimientos: Rapsodia, Paula Cahen d´Anvers,
Kosiuko, Casa Raphia
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